Comer bien y barato: 10 tips para no gastar más comiendo que volando

Suena loco, ¿no?

¿Quién podría tener más gastos de viaje en brioches y lattes que en el mismísimo pasaje? ¿Tan difícil es comer bien y barato en Europa o EEUU?

Teniendo en cuenta que un vuelo ida y vuelta hacia allá puede costar menos de mil dólares en promoción no es tan descabellado.

¿Por qué es común gastar más comiendo que volando?

Calculemos que un desayuno promedio por persona en Estados Unidos puede costar 8 o 10 dólares.

Un almuerzo frugal -pero almuerzo en restaurante al fin, con mesas, sillas y mozos- desde unos 25 a 30 dólares.

Una merienda otros 7 u 8, por ejemplo un café y una factura en Starbucks. Y una cena un poco más consistente que el almuerzo, unos 35 a 40USD.

¿Dónde vemos estos precios?

Estos precios son más o menos la norma en casi cualquier ciudad de Estados Unidos como mínimo. También rondan eso en París o Frankfurt.

En Londres es un poco más caro, al igual que los países nórdicos y BeNeLux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo). Italia suele ser más económica, pero no sería raro pagar esos precios en Milán.

España, Portugal y varios países de Europa del Este no los cuento porque actualmente se come -bien, muy bien- por mucho menos dinero que ese.

La cuenta, porfis

Sumemos: 8 USD por desayuno; 20 USD por almuerzo; 7 USD por merienda y 25 USD por cena arrojan 60 dólares por día, por persona.

Multipliquémoslo por quince días.

Pero sin caer en la tentación de sumarle algún que otro helado, un trago en la playa, una cervecita al paso, chicles en el aeropuerto y demás cosas que uno compra y consume entre comidas: 

60 x 15 = 900 😨

Así es. Tranquilamente se pueden ir 900 dólares en comida como si nada. 

Igual estamos por debajo de los hipotéticos mil que nos costó el pasaje aéreo.

Pero basta con hacer la cuenta por 20 días para ver que sí, es posible gastar más plata en comida que en 14 mil kilómetros de avión!!!

60 x 20 = 1200 😱

Acá es cuando nos agarramos la cabeza y decimos “AHHHH, qué caro que es comer en el exterior!”

Pero lo que pasa es que en nuestro país no salimos afuera para hacer las cuatro comidas del día, ni siquiera cuando nos vamos a Mar del Plata.

Además, ya conocemos las zonas y los barrios. Por lo tanto, no caemos en los restaurantes-trampa para turistas.

Si querés saber cómo evitarlos en cualquier parte del mundo, lo explico acá: 5 trampas turísticas y cómo evitarlas. 

Cómo comer bien y barato mientras viajás

Dependiendo del lugar donde estés, vas a encontrar cadenas de restaurantes al paso con comida para llevar.

En gran parte de Europa y en todo Estados Unidos, sentarse a comer es sentarse a ser servido. Y ese servicio se paga más que la comida en sí. 

1) Buscar alternativas al restaurante clásico

Evitando sentarte en lugares donde otras personas te sirven, vas a poder comer bien y barato casi siempre.

En EEUU, eso también puede significar reducir los costos en propinas y en impuestos. Esos ítems no aparecen en la lista de precios de los restaurantes y pueden incrementar la cuenta final hasta en un 35%.                   

Tené en cuenta alternativas a los restaurantes tradicionales.

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2) Preferir fast casual en vez de fast food

¿Qué es la alimentación “fast casual”?

Se llama así a la comida rápida más saludable, sin tantas frituras y harinas. Cuando estás viajando, abusar de comidas pesadas puede complicarte la digestión o hasta provocar problemas de salud.

La comida fast casual surgió cuando la gente empezó a buscar alimentos más sanos que una hamburguesa, pero que igual debía almorzar en pocos minutos durante la jornada laboral.

Así aparecieron varios restaurantes ofreciendo platos rápidos, con ingredientes frescos y propuestas sanas. Muchos tuvieron éxito y hoy son una opción ideal también para los viajeros.

3) Elegir lugares para comer bien y barato (y rico!) en Estados Unidos

Las cadenas de comidas “fast-casual” están presentes en todas las ciudades norteamericanas.

Además, varias se inspiraron en la comida étnica y nutrieron sus menús con burritos, tacos, gyros, pastas mediterráneas y arroz thai.

Schlotzsky’s deli, por ejemplo, ofrece ensaladas con productos de estación, salsas típicas y platos de inspiración texana.

Para agendar:

• Au Bon Pain
• Panera Bread
• Chipotle
• Tijuana Flats
• Subway
• Moe´s Southwest Grill
• Quiznos
• Corner Bakery Cafe

Y aunque quizás no entre en la categoría de "comida sana" reconozco que las hamburguesas de Carl´s Jr son las mejores que probé. Por algo son las favoritas de Rihanna, que confesó que a veces saca el auto y maneja varias millas para comprarse una (!) 

Comer bien y barato puede incluir algún “permitido” de fast food cada tanto.

4) Encontrar buenos supermercados para comer bien y barato en todo el mundo

En EEUU, las cadenas de supermercados grandes como Whole Foods, Publix y Walmart suelen tener comida preparada.

Cuanto más temprano vayas, más variedad de platos vas a ver. Hay desde Caesar salads hasta taboule, wraps de salmón, cheesecakes, lo que quieras.

En Europa hay muchos supermercados que también tienen un sector de mesas y microondas. Por lo general son lugares muy limpios, bien iluminados y tranquilos. Se puede comprar comida preparada en el súper para consumirla allí.

5) Evitar lugares que se publicitan como económicos… sin serlo!

En EEUU también existen los farmer´s markets, “ferias de agricultores”, pero no son baratos. Se pusieron de moda y funcionan más como salida de fin de semana que como una opción real para comer o comprar.

Es muy distinto de lo que ocurre en Europa, donde muchos mercados se llenan de personas mayores yendo a abastecerse de productos frescos sin intermediarios.

En Estados Unidos estos mercados por lo general están atiborrados de hipsters!! 😬😆 Y cobran todo más caro que en el supermercado.

6) Desayunar en el alojamiento en lugar de una cafetería

No importa si vas a un hotel en lugar de ir a un departamento. En general los hoteles cuentan con cafetera en la habitación. Preparar tu café cuesta diez veces menos que tomarlo afuera, aunque esa es solamente una de las ventajas.

Lo más importante te permite manejar tus propios horarios, y no estar pendiente del servicio de desayuno del hotel. Además no vas a perder dinero esos días en que debas salir muy temprano para tomar un vuelo o alguna excursión.

Además de comer bien y barato, tené en cuenta la enorme comodidad de desayunar en pijama en tu cuarto mientras googleás cómo llegar a tal o cual lado. O mientras uno se baña, otra se maquilla, otro ordena la valija, y así.

7) Poner una reserva de infusiones en la valija

Sumando una cajita de apenas 25 gramos de té en saquitos o una caja de bolsitas de café individuales a tu equipaje ya salís de apuro para varios desayunos.

También van a permitirte empezar el día en menos tiempo. Y si viajás en invierno, son ideales para tomar algo calentito antes de dormir.

Si tenés espacio, podés sumar galletitas, alfajores, barritas de cereal o hasta algunas sopas instantáneas. Mientras los paquetes estén cerrados al vacío, no hay problemas para ingresarlos a ningún país.

8) Repensar el alojamiento para comer bien y barato si viajás en grupo o en familia

Elegir alquilar un departamento en vez de ir a un hotel es ideal para grupos y familias. De esa manera podrás resolver cenas o almuerzos comiendo en el departamento.

Además tendrás toda la variedad que haya en comida para llevar, desde pizzas a ensaladas, platos típicos o lo que quieras.

¡Y no es necesario que todos estén de acuerdo en comer lo que ofrece un solo restaurante!

9) Cocinar uno mismo para comer bien y barato en los viajes

La opción de cocinar para comer bien y barato también es muy viable cuando viajan varias personas y se hospedan en un departamento en vez de ir a un hotel.

Tomar esa decisión en un destino como Europa puede bajar los gastos del viaje hasta en un 40%! Además de tener la posibilidad de alquilar en lugares bien céntricos, o barrios con encanto, o cerca del mar...

Por supuesto, cocinar es bueno para todos siempre y cuando se repartan las tareas. Nada de poner a mamá a cocinar sola!! 😨😵 También, siempre que optemos por recetas sencillas que no requieran utensilios especiales. No todos los departamentos turísticos tienen minipimer, parrilla y licuadora. 

¿Realmente es tan barato cocinar en casa?

Me acuerdo de una noche en Génova cuando cenamos pastas Barilla 🍝 que preparamos con salsa rosa, tostadas de queso brie como entrada, gaseosas -podría haber sido cerveza pero al día siguiente madrugábamos- café espresso y frutillas con crema de postre.

Gastamos menos de 10 euros. ¿Cada uno? No, los cuatro en total. Y hasta sobró una colomba para el desayuno al día siguiente 😉 (es una especie de pan dulce con forma de paloma, que se vende en época de Pascuas)

Personalmente creo que es la mejor manera de comer bien y barato, y de forma saludable. Pero también, la que más tiempo requiere.

¿Mesa para uno?

Cocinar para uno solo a veces no rinde. Primero por la cuestión del tiempo que lleva.

Segundo, porque a menos que te quedes varios días en una misma ciudad, los alimentos que compres para preparar y no termines de consumir -aceite, azúcar, sal- no los vas a aprovechar.

Si tenés ganas de cocinar, hacelo, ¡obvio! Pero si tu única motivación es comer bien y barato posiblemente no te convenga.

Lo bueno es que hay hostels o alojamientos en Booking y en Airbnb que tienen en cuenta estos detalles. Por lo tanto, proveen a sus huéspedes de especias, azúcar y algunos básicos. Chequealo antes de reservar.

10) Hidratarse, pero sin quedar seco

Como contamos en 8 tips para comer bien en los viajes, mantenerse hidratado es importantísimo. Y lo que mejor cumple esa función no es ni el alcohol ni las gaseosas, es el agua. 

Agua: la mejor elección cuando hace calor si querés mantenerte saludable!

Tomar más agua que gaseosas es una excelente forma de no ingerir calorías de más. También ayuda a que no aumenten mucho tus gastos de viaje.

Si bien en México y otros países de América, Asia y África no se recomienda, en toda Europa el agua de la canilla es perfectamente potable.

También en Estados Unidos (hay algunas excepciones pero no son ciudades turísticas). En algunos casos podés sentirle gusto amargo, como a cal. Pero eso no quiere decir que te vaya a hacer mal.

Tomando agua de fuentes italianas

En Italia, los bebederos municipales son muy bonitos. Cada ciudad tiene su estilo, siempre es potable y muchísimos ofrecen directamente agua mineral.

Estos son los de Florencia. Hay que activar esa piña plateada del costado, nos dio trabajo entenderlos jaja 😆 En Roma suele haber una especie de embrague en el piso para hacerlos funcionar.

Por supuesto son gratuitos, y el agua suele salir bien fresquita. Nosotros llevamos siempre un jarro térmico para que se conserve fría, podés llenarlo ahí sin problemas.

Es una práctica que empezamos a incorporar por ecología; estoy decidida a comprar la menor cantidad posible de botellas de plástico. 

Además de tenerlos disponibles en Roma por todos lados, es muy loco pensar que estás tomando agua del mismo lugar de donde tomaban los antiguos romanos.

Hay tantas fuentes naturales de agua mineral que posiblemente fue uno de los motivos por el que eligieron ese lugar para fundar la ciudad.

Vino vs. cerveza 🍻

En Argentina, el vino suele ser económico. Pero la cerveza, no tanto.

Fuera del país, en cambio, la cerveza suele estar barata en casi todas partes, a menos que elijas un lugar muy exclusivo. El vino, por el contrario, suele ser bastante más caro.

El chopp en Portugal suele venderse a un euro y medio. En Madrid y Andalucía también. En Londres, uno de los lugares más caros, sí llega a estar entre 4 y 5 libras.

En Playa del Carmen (plena Riviera Maya) el balde con cinco porrones se consigue a 9 dólares en la playa. Incluyendo derecho a sillas y sombrilla.

Tomar cerveza -y margaritas- en México prácticamente no afectará tus gastos de viaje. Chin-chin! 🍸🍹

¿Y el mate?

En algunos lugares la yerba levanta sospechas No saben qué es y les parece droga.

Pero si querés llevar, basta que sea un paquete bien cerrado. Hay algunos envases pensados para exportar que tienen instrucciones en inglés.

Si no te molesta cambiar de marca, son una buena opción. Ante un agente de aduanas que no quiera dar el brazo a torcer, lo más fácil es explicar que es un té. 

Ni en Estados Unidos ni en Europa ni en Polinesia tuvimos problemas, pero sí nos enteramos que en Singapur suelen sospechar mucho de la yerba.