Comer bien en los viajes: 8 tips que funcionan siempre

Cambios de rutina, alimentos, horarios y costumbres… a veces es difícil comer bien en los viajes. A continuación recopilo 8 reglas de oro que funcionan SIEMPRE.

1) Comer bien en los viajes incluye tomar agua. Y más agua. ¡A-G-U-A!

No importa si vas al desierto de Atacama o a dar vueltas por una ciudad: no te deshidrates. Llevar agua es necesario. Y en los lugares donde hay agua a tu antojo, está bueno contar con algún recipiente limpio para poder llenarlo y seguir.

Poca gente identifica las consecuencias de la deshidratación y atribuyen los síntomas al sol o al calor. O peor, ¡confunden la sed con el hambre! Cuando el cuerpo se deshidrata sentís dolor de cabeza, mal humor, dolores musculares, molestias en los ojos, se te secan los labios… es horrible!

Nosotros ya nos acostumbramos a salir siempre con una o dos botellitas. Tenemos de las que son plegables -súper livianas- y de las térmicas para que el líquido aguante fresquito varias horas. Recordá que ni el alcohol ni las gaseosas sirven para mantener buenos niveles de hidratación.

2) Comer bien en los viajes de forma saludable: no abusar de la comida rápida. 

Es tentador comer al paso, sin lidiar con mozos y menús indescifrables, pero no es sano vivir a hamburguesas. Hay otras formas de comer sin vueltas que no implican ir a Mc Donald´s. 

Tip1: identificar dónde se come rico en una ciudad siguiendo a los oficinistas. 

Ellos están obligados a almorzar afuera durante años. Eso hace que estén bien entrenados en detectar lugares medio escondidos, pero buenos y baratos.

Tip 2: comprar comida para llevar en supermercados, rotiserías o tiendas.

En general esos lugares ofrecen más alimentos horneados que fritos. También podés encontrar sushi, quiches (tartas, bah). Y risotto, pollo al horno, comidas más caseras. O sandwiches.

Tip 3: ¡cocinar!

Hay ciudades y países donde vale la pena preparar tus alimentos. Especialmente si viajás en grupo y todos contribuyen a la preparación.

Te cuento dónde comer y lugares low cost con platos saludables en mi post cómo comer rico y saludable sin gastar más comiendo que volando. 

3) Ojo con el alcohol 🍸🍹

Pocos saben que un vaso de fernet con gaseosa engorda tanto como un plato de fideos. O que una lata de energizante con champagne tiene más azúcar que media tarta de manzana… Pero ¡así es! Para colmo, las calorías del alcohol son calorías “vacías”, que no le sirven al cuerpo para producir energía.

Los viajes son un entorno donde distintos factores te facilitan tomar mucho. Puede ser un crucero con barra libre o un hotel all inclusive. O simplemente la posibilidad de tomar cerveza de verdad, normal, a precio razonable y con gas, jajaj! Una misión cada vez más difícil en Buenos Aires.  

Cada uno sabe cuál es su límite y lo ideal es manejarse con eso. Conozco a una persona que durante tres días en una playa fabulosa lo único que vio fue el inodoro mientras vomitaba. Para ponerse del copete de esa forma conviene más quedarse en casa. Con baños conocidos y que no tienen que ser limpiados por compañeros de viaje. 😷

4) Para comer bien en los viajes, no hay que olvidarse de comer 🕐

Sí, parece gracioso, pero pasa. Pocos se dedican a hacer las cuatro comidas del día. Más aún si están con los horarios cambiados, o entrando y saliendo de monumentos. Lo ideal es llevar cosas para ir picando durante el día, y darle al cuerpo nutrientes de la forma más regular posible. A veces estás en otra y definitivamente te puede pasar que te olvides de comer. O que te dé hambre cuando estás en medio de la nada. Unas galletitas, frutas y barritas de cereal siempre vienen bien.

5) Tener en cuenta el desgaste físico.

Caminar unas doce o catorce horas seguidas. Nadar. Hacer caminatas de 8 kilómetros por día. Y llegar a bañarse para volver a salir o bailar hasta la madrugada -yo ya no lo hago, porque 👵- requiere de energía. En la mayoría de los viajes vas a exigirte más que en la rutina de todos los días. (A menos que durante el año entrenes mucho o trabajes haciendo esfuerzo físico.) Así que está perfecto y es lógico que también comas más.

6) Obligarse a comer frutas 🍉🍍🍎

Comer frutas es sano, fácil y más o menos accesible en cualquier parte del mundo. Son una buena forma de contrarrestar las cenas de pizzas, papas fritas, hamburguesas… Y resultan prácticas porque sirven para poner en la mochila y salir sin pensarlo dos veces. Sólo asegurate de lavarlas bien si vas a consumirlas con cáscara. Y duplicar los cuidados si tenés alguna alergia.

7) Preferir alimentos cocidos a ensaladas 🍜

Entre sopa y ensalada…¡yo elijo sopa! Sé que es una cuestión personal. Es porque en casa preparo muchísimas ensaladas y sopas no, así que me intrigan más las sopas que las ensaladas de siempre. Pero también hay otro punto importante respecto a tu salud. Los alimentos bien cocidos tienen menos chance de tener algo que te enferme. Nunca voy a olvidarme de una profe que pasó dos días inyectada con suero por comer espinaca mal lavada. 🤒 En cualquier momento y lugar que te pase eso es un bajón, pero en un viaje seguro es peor.

8) Comer en los viajes no implica alocarse 😜

Si tenés intolerancia a algunos alimentos, alergias, cosas que te caen mal… Asegurate de que el plato que pediste no las tiene, y no las comas. Además, a menos que seas Marley y sepas que te va a dar rating comer grillos, escorpiones o lo que sea que te dé “mala espina” en una comida, andá a lo seguro. ¿Comerías embriones de pato cocidos adentro del huevo? Si no te atrae un plato, no lo pidas, ¡por más “comida típica” que sea! Hablo un poco de eso acá: La trampa de las comidas típicas.

¿Cambiás tu rutina? ¿Cómo hacés para comer bien en los viajes? ¿Te arrepentiste de algún plato loco o hacés la gran Marley?    

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