3) Muchísimas opciones gastronómicas
En Krabi hay desde restaurantes finos y parrillas hasta el Night Food Market, una feria local de puestitos con platos típicos y frutas.
También tenés heladerías, bares, bares con mesa de pool, bares con juegos de mesa, bares con aire acondicionado, bares que organizan beer-pong…
Me acuerdo de uno que tenía patio y DJ, la cerveza de litro salía 80 bahts en el happy hour y sino se iba al “loco precio” de 110 bahts 😎🍻 (Al tipo de cambio eso representaba tres dólares)
Hay vida más allá del pad-thai
Si te cansan los platos tailandeses, la provincia de Krabi tiene mucha población musulmana, así que podés probar algunas especialidades llevadas por inmigrantes. El kebab que hacen es riquísimo, y es muy pero muy distinto a los que probamos en París. Y mucho mejor, ¡para qué mentir!
En general la comida es buena y fresca. En May & Mark´s House (lo súper recomiendo) una noche pedimos tacos y la dueña cruzó al mercado de enfrente a comprar paltas fresquitas para el guacamole.
Mencioné el tema de la frescura porque a Railay Beach no hay transporte terrestre. Y todos los alimentos son enviados desde Krabi en barco… sin refrigerar.
Lo decía una chica australiana que comentaba que hospedarse en Railay fue un error por el tema culinario. Hay pocos lugares para comer y poca variedad. Además, tanto ella como el marido se descompusieron del estómago. Aunque estaban parando en un hotel muy top. Cuando fuimos lo comprobamos: nada se veía muy tentador. Y hasta unos heladitos que compramos en un kiosco, venían derretidos y vueltos a congelar adentro del paquete! 😫
4) Precios
Es una ciudad donde, si bien viven del turismo, también hay mucha gente local. Gracias a eso los precios son menores a los de las islas, Railay Beach e incluso Ao Nang. Eso aplica para comida, salidas, hoteles, souvenires, ropa, excursiones, transportes… Y hasta para recorrer templos que son visitados más por creyentes que por turistas.
5) Curiosidades históricas
Se dice que Krabi es una de las ciudades más antiguas del mundo. Y que tuvo ocupación humana ininterrumpida desde el neolítico. No hay registros arqueológicos que lo prueben, pero igual vas a ver muchas referencias a los “hombres de las cavernas”. Estos simpáticos supuestos pioneros del lugar están por todos lados. Hay cavernícolas sosteniendo semáforos, anunciando parrilladas y hasta ¡en las etiquetas de cerveza!
“Krabi” significa espada, y el emblema de la ciudad son dos espadas cruzadas. Cuando Krabi era apenas era un pueblito de pescadores, los aldeanos encontraron una espada antigua a la que atribuyeron poderes mágicos. Cuenta la leyenda que el jefe del poblado la guardó en una de las cuevas, dedicándola a los dioses. También vas a ver al elefante -símbolo de Tailandia- llevando una espada, símbolo de la ciudad.
¿Qué es mejor, llevar contratado el hotel en Tailandia desde tu país o buscar in situ? Lo cuento en la próxima página.