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Los Baños de María Padilla
Aún más fresquitos que los Jardines, son unos pasadizos del siglo XII con una gran pileta. Algunos cristianos habían tomado de los árabes la costumbre de los baños de vapor; quienes a su vez la tomaron de los antiguos romanos.
Antiguamente tenían un jardín subterráneo, pero sufrieron reformas después del terremoto de Lisboa. ¿Por qué hacían jardines subterráneos, o más bien, bajo el nivel del suelo? La idea era poder plantar árboles frutales y no tener que subir escaleras para cosechar las frutas. Las copas de los naranjos eran accesibles desde el nivel superior. Además, se regaban más fácil y con menos asiduidad, ya que el sol no llegaba a resecar tanto la tierra.
TIP VIAJERO: No vayas en grupo ni con entradas pagadas anteriormente por internet. Basta ir temprano por la mañana para hacer poca fila. Al igual que en otros monumentos sevillanos, si vas por tu cuenta hay un sector aparte del de los grupos. En esa fila de visitas individuales casi no hay espera. La entrada general cuesta 11,50 euros, pero si la comprás por Internet hay un recargo de un euro más (?) y tenés que hacer fila igual. Yendo en grupo hay gente que ha esperado casi una hora para entrar. Estuve en primavera y hacía 30ºC, no me quiero imaginar lo que será eso en verano. Si te fijás en Tripadvisor, los comentarios negativos del Alcázar son ocasionados por las esperas para grupos y Walking Tours.
Game of Thrones en Sevilla: Sótano de King´s Landing
Reales Atarazanas de Sevilla
Si te preguntás qué significa “atarazana”, es un galpón para construir barcos. Un astillero. Y aunque Sevilla nos parece una ciudad muy alejada del mar, hace varios siglos era un puerto importantísimo gracias al Guadalquivir. El río era mucho más caudaloso y conectaba muy bien con el Mediterráno. Las Reales Atarazanas de Sevilla son nada menos que el astillero medieval mejor conservado del mundo.
No están abiertas al público así que dudé en mencionarlas. Pero como el edificio está muy de paso, bien céntrico, y cerquita de otros puntos de interés… Data de 1250 -nada raro en Sevilla- y lo mandó a construir el rey Alfonso X para armar galeras, el barco de guerra por excelencia del imperio español. (En las atarazanas de Barcelona hay una reproducción de la Galera Real de Juan de Austria que es impresionante, pero bueno, ya hablaré de ella en algún post sobre Cataluña. )
TIP VIAJERO: Como tiene ventanas sin vidrios, se puede ver hacia adentro. En mi caso soy petisa así que la que “vio” fue mi cámara, y yo ví a través de ella, jaja! Tal vez para cuando leas esto ya puedan visitarse, pero si están cerradas, basta con levantar el brazo con el teléfono cual periscopio. En las fotos es como se ven desde la calle Dos de Mayo. Tené en cuenta que desde afuera no se nota que es un efidicio tan antiguo, pero lo es.
En la siguiente página descubrimos una ciudad romana perdida (y redescubierta hace poco) a pasitos de Sevilla.