12 tips para armar un viaje a Europa con chicos ¡y no morir en el intento!

Durante el viaje: Europa con chicos

3) No sobreexigirlos.

Que a vos te encante tanto como a mí el Palacio de La Alhambra no quiere decir que un bebé lo vaya a disfrutar. Fui testigo de una nena de unos dos o tres añitos que claramente la estaba pasando muy mal… No sólo porque incluso en otoño y primavera puede hacer un calor importante, sino porque implica CAMINAR mucho. Una Europa con chicos implica quitar ciertos paseos de la lista.  

Tené en cuenta que un paso tuyo obliga a sus piernitas a hacer tres. Y si bien los niños son seres activos, prefieren gastar su energía jugando y no caminando.

4) Brindarles comodidad.

Tal vez a vos no te moleste dormir en un aeropuerto, cenar a las dos de la mañana o saltearte la merienda. Eso no quiere decir que tu hijo vaya a estar igual de cómodo con eso. Hay padres que dicen “yo los acostumbro así para que después se adapten a todo” 😐

Qué sé yo, no tengo hijos y no puedo juzgar, peeeeeero… me pongo en el lugar del nene y digo loco, son padres medio egoístas. Ustedes decidieron tener hijos, ustedes decidieron llevárselos de viaje. Ir a Europa con chicos implica hacerles pasar por doce horas de avión y tres de aeropuerto. Mínimo llévenlos a un hotel donde se puedan dormir en una cama o pegarse almohadazos con el hermano.

5) No negarles agua NUNCA.

Parece una pavada, pero no lo es. Un viaje siempre demanda más actividad que la rutina sedentaria que llevamos chicos y grandes por igual. Y eso da más sed. También genera que hablemos más. Y hablar más te da más sed. 

Vi padres diciendo “basta, no tomes tanto que después querés hacer pipí cada dos minutos”. Y bueno, sí, es una consecuencia de tomar agua. Pero es mejor eso a que tu hijo se deshidrate!! Una persona deshidratada tiene menos tolerancia al sol, le duele la cabeza, se pone irritable, le pican los ojos… No le hagas eso a tu pibe.

6) Los edificios en general y las iglesias en particular lo van a aburrir.

No estoy prejuzgando a los niños, pero la arquitectura requiere toda una serie de conocimientos previos para que la aprecies. Pasa un poco lo mismo con la pintura. Si no tenés alguna base sobre historia del arte y estilos arquitectónicos, tu único parámetro para mirar un cuadro o una catedral es si te parece lindo o feo. Y eso lo hacés en el primer minuto de la visita, el resto del tiempo te aburrís, seas niño o adulto. Si querés y sabés transmitirle interés por estas cosas, adelante. Pero eso lleva tiempo y no surge de un día para el otro.

Entonces ¿hay que tachar los museos y catedrales de la lista?🤔 ¡No! Está buenísimo que tus hijos tengan un contacto temprano con todo lo copado que el mundo puede ofrecerles. Aunque te parezca que a una corta edad no son capaces de entender lo que ven, sí son capaces de disfrutar una visita, siempre y cuando esté adaptada a ellos.

Y lo más importante: vas a facilitarles un contacto temprano con espacios culturales. Los vas a estar acostumbrando a que se sientan capaces de ir a una galería de pintura, pasear por un museo, apreciar una instalación artística. Muchos adultos sienten que son ambientes reservados a una elite, que ellos “no pertenecen” a ese círculo, que no lo entienden, que es algo para ricos… Pero es simplemente que no están acostumbrados a ir. O porque fueron de chicos por obligación, arrastrados a mirar cosas en silencio y estar quietos.

7) Adaptar las visitas para ellos.

Casi todos los museos de arte tienen hoy en día recorridos especiales para menores. Informate sobre horarios y días, y si es posible llevalos a alguno de tu ciudad que esté bueno antes de viajar. Si ya tuvieron una experiencia positiva en casa, van a tener ganas de volver a ir afuera.

Ojo, “adaptar las visitas” también significa que visites el lugar al ritmo de ellos, y no pretendas que los chicos se adapten al tuyo. Posiblemente quieran irse más temprano que vos.

8) Permitirles jugar.

Algo que pasa al viajar a Europa con chicos y que no pasa si viajás a Latinoamérica o dentro de Argentina, es el tema de conseguir amiguitos para que jueguen. Si son muy chiquitos, tené en cuenta que el idioma no es una barrera para ellos. Dejá que se diviertan y hagan amigos.

También podés evaluar viajar junto a otra familia conocida, o junto a los tíos y los primitos. Que tengan personas de su edad con quienes interactuar descomprime mucho algunos momentos del viaje.

9) No usar comida como premio.

A veces el famoso “Pa, estoy aburrido” toma la forma de “Pa, comprame un…” helado / una gaseosa / una hamburguesa, aunque estén haciendo a horario las cuatro comidas del día. Los niños también comen por aburrimiento. Y también confunden la sed con el hambre, como muchos adultos.

Tratá de estar pendiente para identificar si es hambre real o solamente te está pidiendo a gritos cambiar la actividad porque se emboló. Si se acostumbran a que pedir un pancho es la salida más rápida de un museo que los aburre, su salud va a terminar estando en problemas.

En vez de acceder a una comida fuera de horario, proponeles ir afuera a jugar a una plaza, correr una carrerita en el parque de enfrente, subir a una vuelta al mundo 🎡 (cerca del Louvre hay una 😉) o dar un paseo en barco… Si tiene hambre va a volver a pedir el pancho, pero si sólo estaba aburrido, se va a olvidar, no importa cuántas veces vea a este chirimbolo bailando 😁

10) Alternar los espacios. 

Está bueno que si vas a pasar un día con actividades puertas adentro, al día siguiente hagas cosas al aire libre. Si dentro del mismo día podés combinar una mañana en un museo con una tarde en un parque, mucho mejor.

11) Llevar cargadores USB portátiles.

Cables extra también. Los jueguitos del celular o la tablet comen batería a lo loco, y son fundamentales para que no se aburran en trayectos largos. No importa si volás acá nomás o planeás recorrer toda Europa con chicos, llevales entretenimiento!!

12) Desarrollar actitud zen.

Si a pesar de todo esto se desata un berrinche, a remarla. ¡Seguramente no dure mucho! Lo importante es la misión que abrazaste de traerlos a la vida, educarlos, acompañarlos, hacerlos reír, mostrarles el mundo, viajar con ellos. A ponerle buena cara a la tormenta 😉

¿Viajarías a Europa con chicos? ¿Tenés algún secreto para entretenerlos en el avión? 

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